El sábado convencí a los nanos y me los llevé de excursión, que mejor paraje que la Serra Grossa, la cual la conozco bien por mis sesiones de entrenamiento por ella.
Vuelvo otra vez a sorprenderme con ellos. Mi idea era hacer muy poquito, porque suponía que no iba a llegar a la cima... ni de coña, con un peque de 2 años y medio y el otro de 5... en cualquier momento se plantarían y dirían... papa hasta aquí hemos llegado!!!.
Así que comenzamos a ascender lentamente por la pista de cemento, conforme ibamos ascendiendo, les iba enseñando las vistas..., los barcos de la bahía, las azoteas de los edificios que se quedaban a la altura de nuestras cabezas y sin darse cuenta, empezábamos a dejar dicha pista, para adentrarnos en el camino de tierra que nos llevaría a la cima de la montaña. Una vez allí, incluso pudimos sendear un poquito hasta llegar a una roca donde pudimos sentarnos a merendar y a contemplar el atardecer.
Conquistando la cima de la Serra Grossa |
Después de la merendola, emprendimos la retirada, los peques alucinaban viendo lo pequeñito que se veía nuestro coche desde allí arriba. Esta vez, si tuve que coger al más pequeño a hombros, en el último tramo, pero se lo tubo bien merecido.
Ojalá os hubiese podido acompañar . Ruth
ResponderEliminarQue monos!
ResponderEliminarCómo molan esos momentos eh?
Eso SI que no tiene precio
Buen inicio...
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