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viernes, 24 de agosto de 2012

Trepando en la oscuridad

La Vía Ferrata de la norte del Cid, se encuentra en la població de Petrer. En la conocida sierra o silla del Cid. Existen varios accesos, desde la carretera, para llegar a la base de esta, por Agost o bien desde Petrer.



Hasta allí nos desplazamos Jaime, David, Hortensia, Juan y un servidor. Ataviados con todo lo necesario: cascos, mochilas con agua, Arneses, disipadores de energía, baga de seguridad para descanso, etc.

Dejamos el vehículo al inicio de la cuesta del camino forestal y andando llegamos hasta el inicio de la ferrata. Nos equipamos con todo el material y Jaime revisó cada uno de nuestros equipos, Juan por problemas técnicos con su calzado, decidió el ascenso a la cumbre por el PRV que rodea la sierra por la otra cara.


Los primeros metros, fáciles, unas cadenas, algunas grapas, incluso escalones de tierra para ascender al siguiente tramo. Sin mucho caer en la cuenta, el día se nos iba, al poco y antes de comenzar la parte más difícil tuvimos que encender nuestros frontales.



Mi primera ferrata, mi primer bautismo... y anocheciendo, de pronto Jaime que iba abriendo paso, comentó que las grapas se acababan, había leído un post el día anterior en internet sobre esta ferrata, exigente y que en algunos tramos deberiamos escalar con manos y piés directamente sobre la roca, así que me esperaba dichos tramos con presencia unicamente de la línea de vida.


Primero Jaime, a continuación Hortensia, después yo y por último David cerraba el grupo por detrás. Una especie de canal en diagonal atravesaba la pared vertical y por ahí tendriamos que trepar, cogiéndome de las rocas y asegurando mi cuerpo concenciudamente, intentaba avanzar lento pero seguro.

David por detrás iba animando. De vez en cuando, un grupo de grapas, nos daban un respiro, aunque la pared era más lisa y vertical cuando aparecían, a mí me daban una sensación de mayor seguridad.

Acabamos con el primer tramo. El segundo tramo, más metros de ascenso sin grapas y un poco más aéreo que el anterior. La oscuridad de la noche se alió conmigo y con mis miedos. Gracias a que cuando miraba hacia mis pies, solo veía la figura de David que avanzaba por detrás, y nada más, me ayudó a afrontar mejor la escalada.


Tercer y último tramo, aparecían de nuevo mis queridos elementos de seguridad, cadenas y grapas. La pared más vertical y lisa... resbalaba.

Al poco David comenzó a decir que oia la voz de gente, yo sinceramente no oía nada, solo el aire que de vez en cuando hacía acto de presencia, un aire que soplaba a su antojo, cuyo único obstáculo era aquella pared que nosotros estábamos ascendiendo.

Poco a poco y a medida que restaba metros para llegar a la cumbre, comencé a oir a aquella gente que 5 minutos antes David decía que había oido. La cumbre estaba cerca. Unas cuantas grapas más y la curvatura del terreno hacia la horizontalidad indicaba que ya habíamos terminado.



Juan nos esperaba arriba, junto con un grupo de gente que conversaba en la cima. Volvimos a pié hacia el coche, por el mismo PRV que Juan había usado para subir. Cenamos y comentamos la experiencia y de vuelta a casa.

Ficha de la ferrata:
Tiempo de ascenso: 1 h, 45'
Longitud: 300 metros.
Desnivel: 298 metros.
Orientación: Norte
Dificultad: 4/5
Vértigo: 4/5
Material: 4/5
Construcción: 1971-2002


miércoles, 15 de agosto de 2012

Gegant de Pedra

Gegant de Pedra es el nombre que se le da una carrera que se realiza alrededor de la sierra de Segària, en la localidad de Ondara, comarca de la marina alta.


El paraje se asemeja mucho a la crestería de Bernia, es más, la sierra de Segària, con sus imponentes bloques de piedra en su cima parece una continuación de la primera.



El recorrido que realicé, partía de la base oeste de la sierra, al otro lado del barranco, el sendero recorría de forma longitudinal toda la sierra, llegando al punto norte más alejado, donde existen unas instalaciones de antenas de telefonía móvil, es uno de los puntos más cercanos a la cumbre de esta sierra. Desde este punto, las vistas son espectaculares. Podemos encontrar los restos de varios pocos escabados y debidamente señalizados, también pude ver los restos arqueológicos de un antiguo poblado ibérico. Según fuentes encontradas:



"Además del poblado íbero son importantes los restos de la Cueva Bolumini, los restos de las terrazas de los árabes y los restos de lo que fue la suntuosa casa del príncipe árabe Abd-El-Melichi Almuzafar, conocidos como "La Silla del Rey Moro" (La Cadireta del Rei Moro)."


Desde aquí, bajamos hasta el pueblo de Benimeli a través de un barranco espectacular, fácil bajada y bonitas vistas de toda la comarca. Una vez que dejamos el pueblo, volvemos a subir, pero dando la vuelta a la sierra para adentrarnos en su cara este, más poblada de vegetación. El trote entre alfombras de hojas de pino, invita por un momento a quitarse las zapatillas, incluso algo muy raro, crucé un pequeño bosque de helechos que me llegaban prácticamente hasta el cuello. Me sorprendió gratamente porque por aquí no es fácil encontrarlos.



La senda me llevaba de nuevo a la cima, y pude contemplar desde muy cerca la enorme mole de piedra, entendiendo lo de "gegant de pedra", en esta ocasión pisaba el PRV-415 dejando atrás el sendero local SL-CV109. Al poco estaba cruzando de nuevo a la otra vertiente de la sierra por el extremo más al sur y pasando por el Morro de les coves. A partir de aquí, volvemos a bajar, terreno no muy técnico pero hay que poner todos los sentidos.





martes, 14 de agosto de 2012

Circular al barranc de l'infern



El sendero PR-V 147, parte desde la localidad de Fleix (la Vall de Laguar), en la comarca de la marina alta. A veces, también llamado la catedral del senderismo. Su recorrido atraviesa varias veces el rio Girona, cuyo suelo está formado por grandes piedras blancas. El sendero, bien marcado y trazado en el suelo, tiene una longitud de unos 15 Km. aproximadamente.



El desnivel positivo acumulado es de unos 1000 mtrs. y no deja a nadie indiferente sus más de 6700 escalones que nuestros antepasados los moriscos construyeron en este.

Según la historia:
Vall de Laguar fue último reducto de la sublevación de los moriscos valencianos. En noviembre de 1609, ante su debilidad se rindieron y fueron expulsados definitivamente y conducidos al norte de África. El 14 de junio de 1611, Vall de Laguar era repoblado mediante escritura de nueva repoblación, por agricultores procedentes de la isla de Mallorca.

El recorrido se inicia en Fleix, pronto nos encontramos con la Font Frossa y un antiguo lavadero, desde aquí se coje el sendero que desciende hasta el barranco de l'infern. A los pocos minutos llegamos hasa el Forat de la Juvea, un agujero practicado en la montaña que permite pasar al otro lado de la montaña para seguir descendiendo.


Al poco cruzamos el cauce del rio Girona y volvemos a coger de nuevo la misma senda en ascenso. Dejaremos un momento la senda, pisando asfalto, para llegar hasta el pou de la Juvea. Coronamos la última colina, y un aire fresco hace revivir al corredor.


Juvees D'enmig, un reducto de unas cuantas casas, nos marca el camino a seguir, al poco estamos de nuevo en el sendero y desde este punto se puede divisar una gran parte del accidentado paraje. Comenzamos de nuevo el descenso al cauce del río Girona. Hacemos un alto en la Font de Reinós, para beber y conservar un poco la que llevamos en el Camelbak (nunca se sabe). Cruzamos de nuevo el cauce del río. A la derecha se ve un espectacular desfiladero, aunque por falta de tiempo decido dejarlo para la próxima visita.


Comienza de nuevo una nueva subida, bastante cómoda gracias a los escalones de la senda, esta me llevará a Juvees de Dalt, unas viejas casas abandonadas construidas de piedra con cisternas de agua. Al poco volvemos a descender de nuevo por el Barranc de Racons, senda fácil y rápida, nos dejará en la base de la última subida. La cual nos dará acceso a la carretera de asfalto que nos llevará a Benimaurell y desde aquí de nuevo a Fleix.